La princesa Violeta es la protagonista de una historia que aún carece de título y hasta de forma definitiva, sin embargo, desde su nacimiento, un 9 de mayo de hace casi cinco años, la escucho diciéndome "estoy aquí, crea algo para mi, porque será bueno...".
Sobre un fondo pintado por mi sobrina Andrea, y quién sabe que motivaciones tuvo a la hora de volverlo real, yo vi una loma color naranja desde cuya espalda remontaba una montaña de tierras distintas, castañas, rosadas y doradas; a izquierda y derecha arbustos; el cielo color violeta. Allí coloqué a mi Fifí, torpemente dibujada por una mano que no hace caso a su cerebro y sin embargo, mejor parada de lo que en un principio me imaginé. Aparte, sé que la calidad técnica es pésima, pero si no se amplía la imagen, apenas se nota…